¡Hola, amantes del océano y viajeros curiosos! Hoy les traigo un tema que me tiene realmente emocionada y que, sin duda, toca una fibra sensible en todos los que amamos nuestro planeta.
¿Han escuchado hablar de las Islas Marshall? Esas pequeñas joyas en medio del Pacífico no solo son un paraíso visual, sino que también están liderando una batalla épica por la supervivencia de nuestros mares.
He estado siguiendo de cerca sus iniciativas y, créanme, lo que están logrando es sencillamente inspirador, especialmente frente a los desafíos climáticos actuales que amenazan su existencia misma y la de sus ecosistemas marinos.
Desde la lucha contra la pesca ilegal hasta la protección de sus arrecifes de coral, su compromiso es un faro de esperanza en un mundo que tanto lo necesita.
Es un testimonio de cómo la determinación local puede tener un impacto global significativo. Pero, ¿cómo lo hacen? Y lo más importante, ¿qué podemos aprender de ellos para aplicar en nuestros propios entornos?
¡Acompáñenme, porque a continuación vamos a descubrirlo todo con lujo de detalle!
El Pulso de la Vida: La Amenaza Inminente del Cambio Climático

La verdad es que, cuando uno piensa en las Islas Marshall, lo primero que se le viene a la cabeza son playas idílicas y aguas turquesas. Y sí, son así, ¡una maravilla!
Pero debajo de esa belleza, hay una lucha silenciosa y constante que me parte el alma. He visto documentales y leído informes recientes que muestran cómo el aumento del nivel del mar no es una preocupación futura para ellos, ¡es una realidad que viven cada día!
Los atolones, que apenas se elevan unos pocos metros sobre el océano, están siendo engullidos poco a poco. Imaginen despertar y ver que el mar ha avanzado un poco más, que tus cultivos de taro, que son la base de tu alimentación, están salinizándose y ya no rinden igual.
Es desgarrador, ¿verdad? La intrusión de agua salada en sus fuentes de agua dulce es un problema crítico, obligándoles a depender más de la desalinización, lo que trae consigo desafíos económicos y logísticos importantes para comunidades que, de por sí, no tienen grandes recursos.
Además, los fenómenos climáticos extremos, como los ciclones tropicales, se han vuelto más frecuentes y devastadores, dejando a su paso destrucción de infraestructuras y hogares.
No es solo una cuestión de perder tierra, es una amenaza a su cultura, a su forma de vida y a su identidad. Su presidente, Hilda Heine, lo ha dicho muy claro: sin ecosistemas oceánicos sostenibles, su economía, estabilidad e identidad cultural simplemente colapsarán.
Esto me hace pensar en lo frágil que es todo y en lo interconectado que estamos.
La Resiliencia Marshalesa ante la Adversidad
A pesar de este panorama tan complejo, la capacidad de las Islas Marshall para adaptarse y resistir es algo que me ha dejado sin palabras. He seguido con atención cómo están implementando estrategias de adaptación que combinan el conocimiento tradicional con la ciencia moderna.
El concepto de “Reimaanlok”, que significa “mirar hacia el futuro”, es un claro ejemplo de cómo integran a las comunidades costeras en la toma de decisiones sobre la gestión de sus océanos y tierras.
No es solo una teoría, es una práctica ancestral que promueve la conservación y la gestión sostenible de sus recursos. Me parece fascinante ver cómo su cultura está intrínsecamente ligada a la protección del medio ambiente, algo que muchos de nosotros hemos olvidado en nuestro día a día.
De hecho, han desarrollado un Plan Nacional de Adaptación (PNAD) que no es solo un documento, sino su “plan nacional de supervivencia”, o “Pepjelmae” en su idioma local, y están involucrando activamente a la juventud para concienciar y tomar acción.
Personalmente, me inspira muchísimo ver cómo estas pequeñas islas, con recursos limitados, están dando una lección de resiliencia al mundo. Es un recordatorio de que, incluso ante los mayores desafíos, la determinación y la sabiduría local pueden marcar una diferencia gigantesca.
Guardianes del Azul: La Batalla contra la Pesca Ilegal
¡Ay, la pesca ilegal! Es un tema que me enerva profundamente, y más aún cuando afecta a lugares tan prístinos y vulnerables como las Islas Marshall. Este archipiélago, con su vasta Zona Económica Exclusiva, es un imán para las flotas pesqueras, y lamentablemente, no todas operan de manera legal y sostenible.
Yo misma he escuchado a expertos y leído en diversos medios sobre la dificultad que tienen estos pequeños estados insulares para patrullar y proteger sus enormes extensiones marinas.
La falta de recursos y la inmensidad del océano son barreras enormes, ¿verdad? La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) no solo agota sus preciados recursos marinos, sino que también socava la economía local, que depende en gran medida de la pesca legal y del atún en particular.
Es una paradoja cruel: mientras ellos luchan por la supervivencia de sus ecosistemas, otros se aprovechan impunemente. Pero aquí es donde las Islas Marshall vuelven a sorprenderme con su ingenio y determinación.
Han implementado medidas pioneras para combatir este flagelo, y me llena de esperanza ver cómo están utilizando la tecnología y la colaboración internacional para proteger lo que es suyo.
Vigilancia Marítima: Ojos en el Océano
Una de las iniciativas que más me ha impresionado es su alianza con Global Fishing Watch. Imaginen esto: un país entero compartiendo públicamente los datos de seguimiento de sus embarcaciones en un mapa global.
¡Es revolucionario! Este paso, anunciado en 2022, convierte a las Islas Marshall en la primera nación insular del Pacífico en hacer visible su actividad pesquera al mundo.
Esto significa que cualquier buque con bandera marshalesa o extranjero que opere en sus aguas aparece en el mapa, aumentando la transparencia y facilitando la detección de actividades sospechosas.
Es como poner miles de ojos virtuales en el océano. Yo creo que esto no solo ayuda a las autoridades a monitorear y hacer cumplir las regulaciones, sino que también presiona a los operadores de embarcaciones a ser más responsables y a demostrar su cumplimiento con las medidas de conservación.
Además, las Islas Marshall se unieron al Acuerdo sobre las Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA) en 2024, una herramienta crucial para prevenir la pesca INDNR.
Estos esfuerzos demuestran una vez más su compromiso inquebrantable con la sostenibilidad marina, y a mí me parece que es un ejemplo brillante de cómo la colaboración y la apertura pueden ser las mejores armas contra la ilegalidad.
El Reino Submarino: Protegiendo los Arrecifes de Coral
Si alguna vez han tenido la oportunidad de bucear o hacer snorkel en un arrecife de coral, sabrán la magia que se siente. Es como entrar en otro mundo, lleno de colores, formas y vida bulliciosa.
Pues bien, los arrecifes de coral de las Islas Marshall son precisamente eso: tesoros de biodiversidad que albergan una asombrosa variedad de peces, corales y otras criaturas marinas fascinantes.
He leído que son un pilar fundamental para la salud del ecosistema, sirviendo como criaderos de peces y protegiendo las costas de la erosión. Pero, tristemente, estos ecosistemas son increíblemente frágiles y están bajo una presión inmensa debido al aumento de la temperatura del océano y la acidificación del agua, lo que provoca el blanqueamiento y la pérdida de biodiversidad.
Es una pena que algo tan vital y hermoso esté en peligro. La imagen de un arrecife blanqueado, silencioso, me da un escalofrío. Me pregunto, ¿qué sería de esos peces de colores, de esas tortugas marinas, si no hubiera un hogar para ellos?
Santuarios de Vida: La Creación de Áreas Protegidas
Pero no todo es tristeza. La pasión de las Islas Marshall por su océano se traduce en acciones concretas que, la verdad, me emocionan un montón. Me enteré hace poco, en enero de 2025, que declararon su primer santuario marino nacional, un área prístina de 48,000 kilómetros cuadrados alrededor de los atolones deshabitados de Bikar y Bokak.
¡Es un área más grande que Suiza, fíjense! Este santuario protege algunos de los ecosistemas marinos más saludables y remotos del Pacífico, hogar de tiburones de aguas profundas, almejas gigantes y una gran colonia de anidación de tortugas marinas verdes.
Enric Sala, de National Geographic Pristine Seas, describió estos arrecifes como una “máquina del tiempo”, un vistazo a cómo era el océano hace mil años.
Eso me hace soñar con poder visitarlos algún día y ver esa maravilla con mis propios ojos. Además de este gran santuario, las Islas Marshall declararon en 2011 todo su territorio marino, unos 2 millones de kilómetros cuadrados, como santuario de tiburones, el más grande del mundo, prohibiendo la captura de estos animales.
Esto demuestra una visión a largo plazo y un compromiso real con la protección de especies clave para la salud de todo el ecosistema. Es inspirador ver cómo un país pequeño puede tomar decisiones tan audaces con un impacto tan global.
Innovación en la Conservación: Soluciones desde la Comunidad
Si hay algo que he aprendido siguiendo de cerca las noticias sobre las Islas Marshall, es que la verdadera innovación a menudo nace de la necesidad y del ingenio colectivo.
No hablamos solo de grandes políticas o de tecnología de punta, sino de cómo la gente de a pie se organiza y colabora para proteger su entorno. Cuando escucho historias de cómo las comunidades locales se involucran activamente, siento una conexión profunda con ellos.
Es una prueba palpable de que cuando el amor por la tierra (o en este caso, el mar) es genuino, se encuentran soluciones, incluso con recursos limitados.
Ellos saben mejor que nadie lo que está en juego, y esa conexión profunda con su entorno es la chispa que enciende la creatividad y la acción.
Empoderamiento Local y Ciencia Ciudadana
Un aspecto que me parece crucial y que las Islas Marshall están implementando de maravilla es el empoderamiento de sus comunidades. Se han dado cuenta de que la conservación es mucho más efectiva cuando la gente local se siente dueña de los proyectos y participa activamente.
He visto ejemplos donde se combinan el conocimiento ecológico tradicional, transmitido de generación en generación, con la ciencia moderna para restaurar arrecifes de coral y gestionar la pesca de manera sostenible.
Esto no solo protege la biodiversidad, sino que también fortalece la identidad cultural y la resiliencia de las comunidades frente al cambio ambiental.
Además, organizaciones como Jo-Jikum, dirigida por jóvenes, están educando y empoderando a las nuevas generaciones para que tomen medidas contra el cambio climático.
Me imagino a esos jóvenes, llenos de energía y nuevas ideas, aportando su granito de arena, y me da una inyección de optimismo. Es una forma increíble de construir un futuro sostenible desde abajo, asegurando que las soluciones sean relevantes y duraderas.
No es solo ciencia, es pasión y un profundo sentido de pertenencia.
Mirando hacia el Futuro: La Voz de las Islas Marshall en el Mundo

Me emociona muchísimo cuando pienso en cómo una pequeña nación insular como las Islas Marshall ha logrado hacerse escuchar en el escenario global. Es un testimonio de que la voz de los que están en la primera línea de la crisis climática tiene un poder inmenso.
A veces, los países más grandes y poderosos parecen no entender la urgencia, pero cuando escuchamos a los líderes de estas islas hablar con tanta pasión y convicción, la realidad se vuelve innegable.
Yo misma he sentido cómo sus palabras resuenan más fuerte que mil informes técnicos. Es la diferencia entre un dato y una vivencia real, entre una estadística y una amenaza existencial.
Su liderazgo no es solo político, es moral, y me hace creer que, aunque el camino sea largo, no estamos solos en esta lucha.
Liderazgo Global en Foros Climáticos
Las Islas Marshall no se quedan de brazos cruzados esperando que otros resuelvan sus problemas. Al contrario, están alzando su voz con una claridad impresionante en foros internacionales como la ONU y las cumbres climáticas.
Por ejemplo, en 2018, presentaron un plan histórico para alcanzar cero emisiones de carbono para 2050, el primero de una nación insular. ¡Imaginen el valor de un país tan pequeño asumiendo un compromiso tan ambicioso!
Su presidenta, Hilda Heine, ha sido una figura clave en la diplomacia climática, alertando al mundo sobre la “catástrofe climática” que enfrenta el Pacífico y la necesidad urgente de acción global.
Me parece increíble que sean ellos quienes están impulsando a los países más grandes a cumplir con el Acuerdo de París. Demuestran que la escala no determina la influencia, y que la verdad, cuando se dice con convicción y experiencia, puede mover montañas.
Este liderazgo me inspira a mí y a muchos otros a no rendirnos y a seguir exigiendo cambios.
Un Llamado a la Acción: ¿Qué Podemos Aprender y Hacer?
Después de sumergirme en el increíble trabajo que están haciendo las Islas Marshall, siento una mezcla de admiración y, por qué no decirlo, un pellizco de vergüenza.
Admiración por su resiliencia y su visión, y vergüenza porque, a veces, en nuestros entornos más privilegiados, nos cuesta tanto dar pasos sencillos. Creo firmemente que la historia de estas islas no es solo una noticia lejana, sino un espejo que nos muestra lo que es posible cuando nos unimos y actuamos con un propósito.
Si ellos, con sus limitados recursos y frente a una amenaza existencial, pueden liderar la carga por la conservación marina, ¿qué nos detiene a nosotros?
Es una pregunta que me hago a menudo y que, espero, también se hagan ustedes.
| Desafío Principal | Impacto en las Islas Marshall | Soluciones Implementadas |
|---|---|---|
| Aumento del Nivel del Mar | Inundaciones costeras, salinización de agua dulce y tierras de cultivo. | Estrategias de adaptación local, Plan Nacional de Adaptación (Pepjelmae). |
| Blanqueamiento de Corales | Pérdida de biodiversidad marina, destrucción de hábitats, impacto en la pesca local. | Establecimiento de santuarios marinos (Bikar y Bokak), santuario de tiburones. |
| Pesca Ilegal (INDNR) | Agotamiento de recursos pesqueros, impacto económico negativo, desequilibrio ecosistémico. | Asociación con Global Fishing Watch (transparencia de datos), adhesión al PSMA. |
| Eventos Climáticos Extremos | Destrucción de infraestructuras, hogares y desplazamiento de comunidades. | Programas de resiliencia comunitaria, educación y empoderamiento juvenil (Jo-Jikum). |
Inspiración para Nuestras Propias Comunidades
Yo siempre he creído que las grandes soluciones empiezan con pequeños gestos. Si vives cerca del mar, ¿qué tal si te unes a una limpieza de playas local?
Si te apasiona el tema, investiga sobre los productos que consumes: ¿provienen de pesca sostenible? ¿Apoyan a comunidades que sí se preocupan por el océano?
No subestimemos el poder de nuestras elecciones diarias. Lo que las Islas Marshall nos enseñan es que la conservación no es solo tarea de gobiernos o grandes ONG; es una responsabilidad compartida, una forma de vida que abarca desde el conocimiento ancestral hasta la tecnología más puntera.
Mi experiencia me ha mostrado que cada acción cuenta, y que inspirarnos en ejemplos tan valientes como el suyo puede encender una chispa en nuestros propios corazones.
Así que, ¿por qué no empezamos hoy mismo? ¡Nuestros océanos, y el planeta entero, nos lo agradecerán!
Para terminar…
¡Uff, qué viaje hemos tenido hoy! De verdad que sumergirme en la historia de las Islas Marshall me deja con el corazón encogido, pero también lleno de una profunda esperanza. Es un claro recordatorio de que cada acción cuenta, que la resiliencia es nuestra mejor arma y que la unión hace la fuerza, incluso frente a los desafíos más grandes y complejos. Me siento sinceramente inspirada por su valentía y por la manera en que defienden lo suyo, mostrándonos un camino luminoso a seguir para proteger nuestros océanos, que son el pulmón de nuestro planeta y la fuente de vida para todos. No olvidemos nunca que el futuro de nuestros mares, y por ende, el nuestro, está firmemente en nuestras manos, y que cada pequeña decisión que tomamos impacta.
Información útil que deberías conocer
1. Reduce tu huella de carbono: Pequeños cambios en tu vida diaria pueden tener un gran impacto en el panorama global. Opta por el transporte público, la bicicleta o, si es posible, caminar para tus desplazamientos diarios. En casa, sé consciente del consumo de energía: desconecta aparatos que no uses y elige electrodomésticos con eficiencia energética. Cada kilovatio de energía que ahorras no solo es bueno para tu bolsillo, sino que también contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan nuestros océanos, impactando directamente en la salud de los preciosos arrecifes de coral y en el crítico nivel del mar. ¡Tu elección importa!
2. Consume pescado de forma responsable: Es fundamental que investigues el origen de los productos marinos que decides llevar a tu mesa. Busca siempre sellos de certificación de pesca sostenible o infórmate sobre las especies que están en peligro o se pescan ilegalmente. Apoyar a pescadores locales que utilizan métodos tradicionales y respetuosos con el medio ambiente no solo beneficia a las comunidades que viven del mar, sino que también ayuda de manera crucial a mantener el equilibrio y la salud de los ecosistemas marinos, previniendo la sobrepesca que tanto afecta a lugares vulnerables como las Islas Marshall y sus habitantes. Tu compra es un voto.
3. Minimiza el uso de plásticos de un solo uso: Este consejo es un clásico, ¡pero es absolutamente vital y nunca está de más recordarlo! Bolsas, botellas, pajitas, recipientes… todos terminan en nuestros océanos, dañando la vida marina de formas inimaginables y creando lo que a veces parece una sopa de plástico interminable. Adopta el hábito de llevar tu propia bolsa de tela, una botella reutilizable para el agua y di un rotundo no a los productos con exceso de embalaje. Cada trozo de plástico que evitamos usar es un potencial contaminante menos en el mar, protegiendo a miles de especies que, tristemente, confunden estos desechos con su alimento natural, con consecuencias devastadoras.
4. Educa e inspira a otros: No te guardes lo que aprendes sobre el cambio climático y la vital conservación marina. Comparte activamente esta información con tus amigos, familiares y a través de tus redes sociales. No subestimes, de verdad, el poder transformador de una simple conversación para generar una conciencia profunda y un cambio de actitud. La historia de las Islas Marshall es un ejemplo perfecto y conmovedor de cómo una pequeña voz puede amplificarse y tener un impacto global asombroso. Cuanta más gente esté informada y sensibilizada, más fuerte será el movimiento colectivo para proteger nuestro preciado planeta azul y sus ecosistemas.
5. Apoya a organizaciones de conservación: Si sientes que quieres hacer más, hay muchísimas ONGs y proyectos dedicados con pasión a la protección de los océanos y a la lucha incansable contra el cambio climático. Si puedes, considera hacer una donación, por pequeña que sea, o si tienes tiempo libre, involúcrate como voluntario en alguna de sus causas. Desde la limpieza de playas locales hasta la participación en investigación científica fundamental, tu contribución, por modesta que parezca, puede marcar una diferencia significativa y tangible. Personalmente, he sido testigo de cómo estas organizaciones son absolutamente clave para llevar a cabo iniciativas vitales que los gobiernos, a veces, simplemente no pueden abordar por sí solos, siendo un motor de cambio real.
Puntos clave para recordar
Las Islas Marshall son mucho más que un paradisíaco archipiélago tropical en medio del vasto Pacífico; son, en realidad, un faro de inquebrantable resiliencia y un actor clave y valiente en la lucha global por la supervivencia de nuestros océanos y la mitigación urgente del cambio climático. Se encuentran, literalmente, en la primera línea de esta crisis, enfrentando de lleno el dramático aumento del nivel del mar y los cada vez más frecuentes y devastadores fenómenos meteorológicos extremos que amenazan su propia existencia, pero, admirablemente, no se rinden. Su profundo compromiso se refleja en iniciativas pioneras y ejemplares para la adaptación, como su vital Plan Nacional de Adaptación, conocido como “Pepjelmae”, que integra sabiamente el conocimiento tradicional ancestral con la ciencia moderna más avanzada para construir un futuro más seguro. Además, han demostrado un liderazgo audaz e inspirador en la protección de sus vastos recursos marinos, luchando tenazmente contra la pesca ilegal a través de la transparencia total con Global Fishing Watch y la adhesión a cruciales acuerdos internacionales. Sus santuarios marinos, como el que rodea los atolones de Bikar y Bokak, y su visionario santuario de tiburones, son testimonios vivos de su profundo respeto y determinación por preservar la biodiversidad única de sus aguas. Finalmente, la innovación que nace desde la comunidad y su poderosa voz resonando en foros internacionales nos enseñan que la acción local, cuando está respaldada por una convicción profunda y experiencia real, puede generar un impacto global inmenso y transformador. Su conmovedora historia no solo nos informa, sino que nos inspira a todos a tomar un papel activo y comprometido en la protección de nuestro querido planeta.
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: or lo que he investigado y me ha llegado al corazón, las Islas Marshall están implementando una serie de acciones superimportantes. Para empezar, son líderes en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDN
R: ). Han sido pioneros en la región del Pacífico al asociarse con Global Fishing Watch para hacer pública la actividad de sus embarcaciones pesqueras, ¡mostrando al mundo cómo se hace la transparencia en el monitoreo marino!
Esto es crucial porque sus aguas son hogar de algunas de las pesquerías de atún más productivas del mundo, y dependen mucho de esa industria. Además, ya en 2011 establecieron un santuario de tiburones de 2 millones de kilómetros cuadrados, ¡el más grande del mundo en ese momento!, donde la pesca de tiburones está totalmente prohibida.
Me encanta que también se están enfocando en proteger sus arrecifes de coral, que son el corazón de su biodiversidad. Han desarrollado una Estrategia y Plan de Acción Nacional sobre Biodiversidad (NBSAP) para proteger y usar sus recursos de forma sostenible, incluyendo la biodiversidad marina.
Incluso, este 2024 declararon un nuevo santuario marino de 48.000 kilómetros cuadrados que abarca dos de sus atolones deshabitados, Bikar y Bokak, una zona con una increíble biomasa de peces y una vasta colonia de tortugas marinas.
¡Es inspirador ver su compromiso tan profundo! Q2: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las Islas Marshall en su lucha por la supervivencia de sus mares y comunidades?
A2: ¡Uf, esta es la parte que más me conmovió! Aunque sus esfuerzos son enormes, las Islas Marshall están en la primera línea de la crisis climática, y los desafíos son colosales.
El más apremiante es el aumento del nivel del mar, que amenaza con sumergir sus atolones, que apenas se elevan unos pocos metros sobre el océano. Ya están experimentando la intrusión de agua de mar en sus reservas de agua dulce, lo que afecta la agricultura y el suministro de agua potable.
Imagínense lo que significa ver cómo el mar poco a poco se “come” tu tierra, ¡es desgarrador! El blanqueamiento de los arrecifes de coral debido al aumento de la temperatura del océano y la acidificación del agua es otra amenaza gravísima, que afecta directamente la biodiversidad marina y, por ende, el sustento de las comunidades locales que dependen de la pesca.
Además, enfrentan fenómenos climáticos extremos, como ciclones tropicales, que se han vuelto más frecuentes e intensos, devastando infraestructuras y hogares.
También me enteré de que hay temas pendientes del legado de las pruebas nucleares del pasado que aún les afectan, lo que añade otra capa de complejidad a su resiliencia.
¡Es una lucha titánica en múltiples frentes! Q3: ¿Qué podemos aprender de las Islas Marshall y cómo podemos aplicar estas lecciones en nuestra vida diaria o apoyar su causa?
A3: ¡Esta es la parte donde nos unimos todos! La verdad es que las Islas Marshall nos están dando una lección de vida y un camino a seguir. Lo primero que aprendí es la importancia de la determinación y la resiliencia.
A pesar de estar en la “primera línea” del cambio climático, no se rinden; están desarrollando planes a 10 años para adaptarse y buscan soluciones a largo plazo.
Su enfoque en la transparencia en la pesca y la creación de santuarios marinos nos enseña que proteger grandes extensiones de océano es posible y efectivo.
También me impresionó cómo están integrando el conocimiento tradicional, como el concepto Reimaanlok (“mirar hacia el futuro”), que incluye a las comunidades costeras en la toma de decisiones.
¿Y qué podemos hacer nosotros? ¡Muchísimo, mis amigos! Primero, educarnos y difundir la información sobre la crisis climática y el impacto en lugares como las Islas Marshall.
Cada conversación cuenta. Segundo, reducir nuestra propia huella de carbono. Esto incluye consumir menos energía, optar por el transporte sostenible, reducir el consumo de plásticos de un solo uso y elegir productos con menor impacto ambiental.
¡Cada pequeña acción suma! Tercero, apoyar a organizaciones que trabajan en la conservación marina y el cambio climático, especialmente aquellas que colaboran con pequeñas naciones insulares.
Con mi propia experiencia, he visto cómo una donación, por pequeña que sea, puede marcar una diferencia enorme en el terreno. Las Islas Marshall nos demuestran que, con voluntad y colaboración, se puede luchar por un futuro sostenible.
¡Espero que, como a mí, su historia les impulse a ser parte del cambio que nuestro planeta tanto necesita! ¡Hasta la próxima, viajeros del saber!






